«Es una historia de odio. De nin~a la vi arder en los ojos de mi madre y el resplandor de esa llama no ha dejado de arder en mi´ desde entonces. La historia debe venir de lejos, tan lejos como se remontan los psicoanalistas, hasta la ma´s tierna infancia, hasta las manos anchas y largas de mi madre agarra´ndome el pelo, sujeta´ndome el cuello».